Trabajamos por la libertad de educación
Potenciar la formación
Buscamos potenciar la formación integral y permanente de los padres para que tomen conciencia y se comprometan con la educación de sus hijos.
Romper prejuicios
Sensibilizar a todos lo agentes implicados en la educación acerca de la necesidad de respetar la libertad de educación y los derechos que esta conlleva así como romper los prejuicios establecidos contra el ejercicio de este derecho desde la libertad de pensamiento conciencia y religión
Respetar la libertad de educación
Animar a la construcción de un sistema educativo que respete la libertad de educación desde el compromiso personal y colectivo y la particación activa en el ámbito educativo.
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Derechos
La campaña se articula en cinco ejes, coincidentes con los principales derechos incorporados en la libertad de educación.
Preguntas y respuestas
Tomar conciencia y comprometerse en la educación de los hijos
Sensibilizar a los distintos agentes implicados en la educación acerca de la libertad de educación
Romper prejuicios establecidos contra el ejercicio de este derecho
Animar a la construcción de un sistema educativo que respete la libertad de educación.
Un proyecto para acompañar a los padres en su labor educativa
Un proyecto para orientar y asesorar sobre los interrogantes de los padres referidos a la educación de sus hijos
Debe existir un equilibrio entre los 3 agentes educadores: La familia, el estado y la Iglesia, sin olvidar que la familia es el principal educador.
Frente a los que piensan que solo el estado debe educar, queremos defender que se respete el derecho de los padres a elegir el modelo educativo para sus hijos según sus convicciones.
SOMOS LIBRES PARA EDUCAR A NUESTROS HIJOS
Art. 27.6: “Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes, dentro del respeto a los principios constitucionales”
Art. 27.3: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa (…) que esté de acuerdo con sus propias convicciones”
Art. 27.3: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación (…) moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”
Art. 27.5: “Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes”
La educación es el mejor servicio que se puede prestar a la sociedad, pues es la base de toda transformación de progreso humano, tanto personal como comunitario.
La crisis más grande de la educación es cerrar las puertas a la trascendencia. Es necesario educar humanamente con horizontes abiertos porque ningún cierre sirve para la educación.
(…)Se necesita la contribución de cada uno de nosotros, de cada persona, familia o grupo social, para que la sociedad (…) llegue a crear ambiente más favorable a la educación
(…)La educación cristiana… busca sobre todo, que los bautizados se hagan mas conscientes cada día del don recibido de la fe, mientras se inician gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación; aprendan a adorar a Dios Padre en espíritu y en verdad, ante todo en la acción litúrgica, formándose para servir según el hombre nuevo en justicia y santidad de verdad y así lleguen al hombre perfecto, en la edad de la plenitud de Cristo y contribuyan al crecimiento del cuerpo místico.
Puesto que los padres han dado la vida a los hijos, están gravemente obligados a la educación de la prole y, por tanto,
ellos son los primeros y principales educadores.
La familia es, por tanto, la primera escuela de virtudes sociales, de las que todas las sociedades necesitan.
Además, pues, de los derechos de los padres y de aquellos a quienes ellos les confían parte en la educación, ciertas obligaciones y derechos corresponden también a la sociedad civil, en cuento a ella pertenece disponer todo lo que se requiere para el bien común temporal.